Blogia
antonio fernández molina

Pinturas y revelaciones

Pinturas y revelaciones

Cuando vi. por vez primera (y fue en un encuentro fortuito) un puñado de cuadros de Carmen Catalán, sentí en el pecho y en la espalda la sacudida del golpe de la revelación en ese instante estaba ante la obra de alguien tocado por la gracia infusa de la pintura ante una artista de la estirpe de en quienes la inspiración suple a las reglas y exalta los resultados.

 

Vi a Carmen Catalán en un ideal grupo donde destacan las manos los corazones y las cabezas de venerables artistas como Gauguin, El aduanero, Odilon Redon... quienes al pintar trazaron los poemas que describen el alma grande de las cosas visible s e invisibles.

Veo sus obras últimas, veo sus acuarelas y oleos y siento como me sube a la garganta y acaricia mi paladar la espuma de mi espíritu.

 

El alma general y las almas múltiples de la naturaleza ofrecen ante mi abundantes rostros vivos de sus aspectos humanizados.

 

Sus cuadros hablan con la temperatura del momento en que nacieron, hablan los árboles, hablan las rocas, hablan las nubes, las aguas que se hacen presentes, las energías de tantos seres como en ellos dejaron teñidos sus sentimientos con sus miradas.

 

Las presencias de rincones testigos de días pasados e impregnados de conocimientos y amor se ofrecen como tablas de salvación de nuestro presente y de nuestro futuro.

 

Antonio Fernández Molina

© Herederos de Antonio Fernández Molina

 

{Texto escrito para La exposición de Carmen Catalán en la galería Aitor (Vitoria) en Mayo de 1992 }

0 comentarios