Tres microrelatos o relatos breves
Mi cama
Mi cama despierta en cuanto me tiendo y cierro los ojos. Entonces la acompaño en sus correrías.
Tiene distintas transformaciones. Se convierte en un coche de carreras, luego en la mesa servida de un restaurante. Al mismo tiempo siempre es una mujer hermosa.
De madrugada volvemos a la habitación y hasta muy entrado el día somos una amorosa pareja.
Y nunca ha dejado de prepararme el desayuno.
Lo vil
Lo vil hubiera sido mirar.
Y miré,
Lo vil hubiera sido no mirar.
Al revés, lo vil hubiera sido…
Sea como quiera, no puedo quejarme de estar deshonrado, pues ya pagué con el tiro que me dieron en la pierna.
La mosca
La mosca que está en mi mano vuela hasta mi hombro. Es grande como una gallina. Cruza mi boca y entra en mi estómago. Entonces mis ojos se apagan y durante días y días veo con los suyos.
Cuando recupero la vista me dicen que he estado enfermo.
La mosca sale bruscamente y arrastra mi dentadura.
Antonio Fernández Molina
© Herederos de Antonio Fernández Molina
[La vida caprichosa, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2003.
Fotografía de Juan Francisco Nevado]
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