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antonio fernández molina

Testimonios y homenajes

Premio Ahora, (y II)

Premio Ahora, (y II)

 

 

 

[En la instantánea varios artistas en la cena de entrega del premio.]

Desde aquí nuestro agradecimiento a Paco Rallo por las fotografías y las aclaraciones de los pies de foto.

Premio Ahora, (I)

Premio Ahora, (I)

 

[Gracias a Paco Rallo, que nos ha remitido las siguientes fotografías, recuperamos una noticia que ya ofrecimos en su día para situar en este punto las siguientes instantáneas. En esta primera fotografía la hija de Antonio Fernández Molina, Ester Fernández, recibe el premio póstumo para su padre de la mano de José Luis Gamboa.]

 

II Premio Ahora de Artes Visuales
jueves 18 de diciembre de 2008, 21:00h.

Los premios Ahora de Artes Visuales es una iniciativa de un grupo de artistas y personas relacionadas con el arte, que pretenden de manera informal favorecer la convivencia y el reconocimiento de aquellas personas relacionadas con las artes visuales dentro de nuestro entorno y que de forma constante, con su trabajo, configuran un corpus, o base social, de nuestro ambiente artístico. Los premios Ahora de Artes Visuales están pensados por profesionales del gremio artístico de manera abierta, con mucho sentido del humor y para disfrutar, de tal modo que están dirigidos hacia aquellas personas que, a nuestro entender, han aportado al medio artístico de Zaragoza iniciativas enriquecedoras de forma generosa o desde cualquier otro ángulo que veamos oportuno. Los miembros del Colectivo Ahora, integrado por Sergio Abraín, José Luis Gamboa, Carmen Inchusta, Manuel Pérez-Lizano y Paco Rallo, hemos decidido no esperar a que estos reconocimientos se produzcan sin límite de edad, como una de las razones para realizar dichos premios.


II Premio Ahora de Artes Visuales
jueves 18 de diciembre de 2008, 21:00h.
Premiados
Antonio Fernández Molina (póstumo)
Manuel Pérez-Lizano
Luis Royo
Juan José Vera
Lina Vila


Si lo desea puede contactar en: premioahora@gmail.com

 

Carta de Max Aub

Carta de Max Aub


14 de febrero de 1971


Querido Antonio Fernández Molina:


Muchas gracias por su carta del día 7. Ya le escribí a Beneyto referente a mi viaje a Mallorca: no puedo precisar la fecha ni creo que se deba tomar en cuenta para la salida del libro ya que la firma del mismo, en Palma, no ha de influir gran cosa en el resultado y el hacerlo a fecha fija es imposible que lo determine ahora. Me importará, además, que esté Camilo José, en Palma.

Siento que no tenga más remedio que dejar la secretaría de la revista. Pero así son las cosas de las editoriales. Haré lo posible para encontrarle una colaboración aunque como en todos nuestros países subdesarrollados, el pago no es, aunque debiera serlo, cosa del otro mundo.

Le escrito a "Papeles" porque no acabo de descifrar su dirección: Francisco Vidal, sí; ¿pero es 214 ó 274? Por el momento no hay variación referente a la fecha de mi viaje.

Un gran abrazo.


Max Aub

romper

En Calanda acaban de romper la hora.
En breve, en muchos lugares de España va a romper a llover.
Y yo también quiero romper algo.
Ya sé.
Primero, voy a romper una lanza en favor de la memoria.
Paco Rallo me ha enviado una foto (recuerdo de familia). Una curiosa y gran foto que sabía me iba a gustar.
Los dos nos dejaron hace muy pocos años, apurando su trabajo, su pasión por el arte y su genialidad hasta los últimos días.

Deberíamos aprender más de nuestros mayores, de sus vidas, guardando su memoria y repasando a menudo lo que hicieron, por qué y cómo lo hicieron. Seríamos mejores personas, seguro.
En vez de romper con el pasado, romper de vez en cuando con nuestro presente.

Son dos hombres de "rompe y rasga", dos maestros, dos artistas. Antonio Fernández Molina (pintor-poeta) y Francisco Rallo Lahoz (escultor). La foto es de marzo de 1983 (inauguración de la exposición de Pepe Orús en la sala Luzán de Zaragoza) y entonces ya casi rondaban los 60 años. Con personalidades muy diferentes, a ambos se les aprecia buen grado de complicidad, expresión de disfrutar de la vida, ademanes de caballero con sabiduría, pero con buen humor e ironía.

[Tomamos la siguiente entrada del blog de Marisa Lanca. Si alguien desea leerlo en su contexto original puede hacerlo en el siguiente enlace: http://www.marisalanca.blogspot.com/]

ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA Y EL CARRUSEL EN LA CIUDAD

ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA Y EL CARRUSEL EN LA CIUDAD

Ayer vi el pequeño carrusel que a lo largo del año va girando por distintos rincones de la ciudad, y acudió a mi mente A F Molina, que ejerciendo de poeta en cada uno de los momentos del día, me ayudó a descubrir la fascinación por este artilugio y me contagió la capacidad de percibir de una forma casi mística la emoción incontenible que invade al viandante cuando al caer la noche las luces giran contra el fondo confuso de la ciudad, impregnando así el espacio de una atmósfera mágica. 

 

Si cierras los ojos por un instante, -me decía el poeta-, al abrirlos de nuevo podrás decidir el lugar en que quieres encontrarte.  A F Molina tenía toda la razón.  A veces vuelvo a una infancia imaginada donde giro tras giro trataba de encontrar los rostros risueños e iluminados de mis padres; otras veces me transporto al interior de una película americana donde adolescentes alocados suben y bajan por la montaña rusa ajenos a que la escena crucial está a punto de producirse, pero las más de las veces me produce una paz inmensa, como si el giro continuo conectara al interior de un templo budista.  Me quedo en la lejanía y lo observo en todo su esplendor a la vez que me impregno de la energía que desprende su luz.

 

Antonio Fernández Molina acostumbraba a sentir este tipo de emociones. Cuando andando por la ciudad se encontraba con situaciones que lindaban entre el surrealismo y las imágenes oníricas: un tiovivo dando vueltas sobre el telón oscuro de la noche, a veces sobre la arena de una playa, cumplía estas premisas.

 

A F Molina escudriñaba cada centímetro de la ciudad, y en el más inesperado elemento encontraba la belleza que pasaba desapercibida para los demás.  Diríase que era experto en extraer detalles de la vida cotidiana y elevarlos a la categoría de obra de arte.  A veces comentaba su deseo de estampar su firma y dejarlo tal cual como la obra de arte que era.

 

El tiovivo, a la vez que me reconforta el espíritu, produce en mí la añoranza del hombre que me enseñó a vivir la ciudad.

 

                                                                                                                             Asilvestrada

POESIA Y PROSA EN H0MENAJE A ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA por Jean Aristeguieta

POESIA Y PROSA EN H0MENAJE A ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA por Jean Aristeguieta


1
Fiel poeta fiel pintor
fiel amigo en el tiempo
te escribo con la mente conmovida
por el fervor que prodigas ante la lumbre nieve tras noche ola tras relámpago floración en el éter de lo insomne pintor poeta en ebriedad del arte con las nubes los rostros las preguntas en un néctar de oráculo sin fin Tus cuadros son poemas subreales maravillosos cálices al viento la rebeldía en justicia de diamante peregrinaje en alusión al sueño delirio transparencia llama viva el aroma sediento de infinito Tu pintura es pasión hacia lo sibilino en dibujo de asalto y esperanza estremecida savia del secreto taciturno confín multicolor
soledad sin adiós como el silencio

2
Oh idealismo encendido cual un dardo en busca de las altas fantasías del terror del desvelo del asombro espíritu en axioma de agonía
quién pudiera ofrecerte lo insondable de una corona de laurel perenne Oh altísima visión la de tu signo escanciador absorto en la ilusión conteniendo fantasmas y elegías
Brillas junto a la fe al labrar tu obra como un lirio en mitad de los abismos ninguno con tu frente diamantina apología temblando en la tormenta partícipe de luz inaccesible adivino en imagen trascendida pintura obsesionante lucidez tienes el abolengo del ensueño
Poeta de la estirpe de Tzara y de Huidobro pintor en sobrenatural espejo de creación

3
En tu fulgor respira el ideal lápiz pluma de fuego de arco iris pintor de poesía en el secreto artífice en azul melancolía irreal y real como un arcángel
junto al temblor de oscura oniromancia pintor poeta interrogando al tiempo de la hermosura en manantial sagrado

4
Tu destello es carmín es un clamor y tu dibujo ignota rebeldía
en vertiente de agónica cadencia :En tu mano se asoma el sentimiento en tu pecho se acuna una leyenda palidez de jazmín tallo en la brisa Oh flamígero escudo perdurable oh solitaria aureola en la vigilia oh pensamiento entre la llama ignota


5
El iris de tu nombre de pintor poeta deslumbrado en la inquietud con tu signo en poema y en pintura en derrotero linea de jacinto
Porque eres como un símbolo preclaro un acento en espíritu del numen altísimo claror del pensamiento meditativo en albas en quimeras porque eres amaranto entre la niebla y el cuello cercenado te defiende
Antonio fiel poeta fiel pintor visionario que vibras en la magia en fuerza fugaz y en la perenne centinela en la fragua del destino aliado del poema y de la plástica


7
Me faltan las palabras en este acto de reconocimiento y de justicia para brindarte pintor poeta ileso la asidua transparencia del acanto Desearla una guirnalda de rocío una ovación de nardo evanescente
el logos transformado en duermevela para la sed arcana y sensitiva pintor poeta siempre batallando con el lápiz en trance del hechizo con el pincel en un hallazgo indemne Pintor poeta de abrasada sien
entre una alegoría pura abstracta pintor poeta de azorada cumbre frente al eterno reino del color
Te envío este homenaje centelleante finísimo poeta finísimo pintor en una espiga de celeste fe
avanzando hacia el fondo del prodigio Inverosímil mano que trabaja
por encima del grito y de la angustia poeta siempre en exaltada linde
pintor por siempre en la febril vivencia entre el carbón onírico y su huella pintor poeta de abolengo errante junto a la esencia de la soledad.


II PARTE


La pintura surrealista e inquisitva por los predios de la creación estética es una manera de manifestarse con una coherencia llena de exaltada certidumbre.
El poeta, el pintor, Antonio Fernández Molina, cultiva el asombro de las imágenes intuitivas reveladoras de las grandes contiendas de la mente. Hay en sus laberintos plásticos una determinante capacidad para el delirio. Es como si Antonio Fernández Molina existiera para captar lo que carece de explicitación directa. Pero, curiosamente, la realidad, a la vez, se ve representada dentro de un clima pánico que recuerda los aguafuertes de Goya. En esta actitud la invención de lo que carece de limites surge demostrada con una vehemencia existiencial. Tal asentimiento desarrolla las más ingentes razones donde cromatismo y dibujo captan extremosas situaciones. Desafio intelectual propio del gran poeta que es Antonio Fernández Molina quién permanece alerta delante de las intrincadas zonas de la imaginación.
Siempre me he figurado la pintura que realiza Antonio Fernández Molina como algo fundido a su labor en la poesía. Configuración de origen atormentado, abstracción vital, conformando episodios donde se apoyan las estructuras artísticas.
Es una pintura de insuperable densidad que oscila entre lo objetivo y lo fantástico, dualidad mítica y por extensión mística. En este arduo espacio la materia estética se identifica con lo más ceñido. Reitero, por consiguiente, mi punto de vista, encuentro en la dimensión pictórica de Antonio Fernández Molina una madurez de teoría y de oficio encumbrada hacia lo delirante.
Tanto es su dominio del lenguaje mental, que puede rozar las visiones interanímicas desde un horizonte insólito, como en su repertorio de búsquedas y hallazgos desmesurados. De esa forma esta producción elaborada con avidez y pulso herméticos puede rozar el oráculo que sublimiza. Sin llegar al paroxismo, el mensaje creador de Antonio Fernández Molina resalta en materiales obsesivos y proféticos.
He trazado este breve recorrido a base de vivencias por la savia del arte que cultiva este pintor poeta de itinerarios extraordinarios. Ante tal heredad, palpitante entre señales y símbolos, queda extendida y afinada una actitud de creyente en la belleza inmarcesible.


JEAN ARISTEGUIETA


Abril, 1995

 

Si tú no la miraras… II

Si tú no la miraras… II

Letra de: Antonio Fernández Molina

Música de Feli Burillo

© de la partitura Feli Burillo Valestra

Si tú no la miraras… I

Si tú no la miraras… I

Letra de: Antonio Fernández Molina

Música de Feli Burillo

© de la partitura Feli Burillo Valestra