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antonio fernández molina

A.F.M. poeta

Lectura

Lectura

 

Hasta el anochecer,

leo en las páginas del pueblo

como en un libro.

De pronto el alumbrado público florece

y continúo la lectura.

Al pasar y pasar las página,

surgen sorpresas y sorpresas.

Cuando llego a la esquina

final del pueblo

el sueño cabecea entre la sombra,

como una embarcación.

© Herederos de Antonio Fernández Molina

[Poesías Completas III. Antonio Fernández Molina, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2000]

 

Algunos poemas

Algunos poemas

 

La espiga

El libro se abre. Surge una espiga entre las hojas. Parece fabricada en papel de hilo o esculpida en madera muy bien lavada por la lluvia. Se podría fechar en junio ¿de qué año? En plenitud tranquila, maduró junto a sus hermanas. Con impulso y la energía de sus granos, sus líneas vibran cual las de un ave a punto de volar.

Al mirarla se evocan la viveza del gorrión, la luz de la era, el sonido de alegres juegos infantiles…

El cordón de la lluvia

El viento desata de repente el cordón de la lluvia. Las sombras parecen danzar en la habitación al ritmo de pisadas de hormigas gigantes por encima del techo. Desde el espejo cae un rayo de luz azul sobre la alfombra. Gordas y tibias gotas de lluvia golpean en las tejas. Se moja el rostro de un arcángel pintado en la fachada de la casa.

La luna lo observa embobada.


Ante un espejo

Está el abuelo bien situado

frente a un espejo

y con la niebla delante de sus ojos

y de su pensamiento,

y no se reconoce. Medita

si no verá la faz de algún paisano

sin recordar de quién.

Nada comenta porque sabe cómo

bien a menudo, la palabra,

dormida en la garganta

hace muy buen papel.

Mientras el viejo calla,

dispuestos a pintar su fiel retrato,

preparamos el lienzo,

colores y pinceles.

Sobre un fondo amarillo luminoso,

tiene un surco presente entre las cejas,

destacados detalles en el rostro,

y sombras en los sitios oportunos.

Testimonian de los años de brega,

señales acusadas de labores

de la recolección, de la vendimia…

Y al fin, es el retrato la verídica

máscara fiel de la epopeya

que el anciano ha vivido

en el amplio escenario

de la meseta y de los montes,

entre el cielo y la tierra.


Ya se desvanecieron

Estoy sentado en casa y sin moverme,

olvidado de mí. Ha oscurecido.

De pronto me parece

sentir manifestarse

inquietantes presencias.

¿Retornan compañeros de mi infancia,

temores sin motivo

material? Me encaro

con su hipotética presencia

y les digo; «Los fantasmas

se alejan al mirarlos de frente».

Intento ver, de alguno,

su rostro y su figura.

Mas si estuvieron,

ya se han desvanecido.

 

Tránsito

Por el camino de la escuela,

sumergida en el atardecer

avanza una joven,

de aspecto adolescente.

Envía el sol débiles rayos

y comenta en voz baja: «Disfrutamos

de un invierno apacible, amigos míos».

Muy tranquila

la tarde, 

se despereza como un gato

y alarga el rabo hacia el anochecer.

¡Me gustaría acompañarla

como ella se merece!

Doy pisadas en falso y sin remedio

a refugiarme voy a la taberna.

Con la noche avanzada

regresaré a mi hogar

a través de las sombras

de mi nublado pensamiento.

 

Lectura

Hasta el anochecer,

leo en las páginas del pueblo

como en un libro.

De pronto el alumbrado público florece

y continúo la lectura.

Al pasar y pasar las página,

surgen sorpresas y sorpresas.

Cuando llego a la esquina

final del pueblo

el sueño cabecea entre la sombra,

como una embarcación.

 

Antonio Fernández Molina

© Herederos de Antonio Fernández Molina

[Poesías Completas III. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2000]

Una carta de barro / Una carta da Lama

Una carta de barro / Una carta da  Lama

O intercâmbio lingüístico

e “Una carta da Lama”

A poesia é, em primeiro lugar, o poeta. Se o náo fosse náo passaria de quimérica e académica «arte poética», sem significado, nem vida

Dando-nos do poeta o que nele é ele mesmo, a sua experiéncia e os seus anseios, realizando-se no homem, a poesia realiza-se em si própria, atinge a universalidade da expressáo.

Pode o «homem-poeta» ser um romántico e tímido jovem Shelley, um Byron estuante de vida e fatuidade; uf hiper-crítico e intelectual Pessoa ou um lírico simples e cándido Joáo de Deus. Pode ser tudo isso: desde o momento em que a sua poesia o exprima — al ternos o grande poeta. É este, para nós claro está, o real significado e objectivo da poesia. Pouca coisa? Para nós chega-nos o conhecer o homem. E este é um dos bons métodos já que náo é de muito o arranhar que se consegue com­preendé-lo melhor, pelo menos, na opiniáo de Malraux. E o poeta modifica-se através dos tempos. Cada geraçáo deve ser a negaçáo da anterior, de contrário arriscar se a nada ser. Quanto multo poderá ser a traidora da geraçáo moribunda.

Por isso, dos jovens poetas espanhois que vive­ram a Guerra Civil apenas como crianças, a pesar de naturalmente, terem sofrido e duramente sentido a sua trágica passagem, náo poderemos esperar que sejam iguais a Lorca ou aos Machados... Quanto muito seus «descendentes».

Mas a geraçáo que surgiu para o combate, das ideias ao menos, no último após guerra é bem diversa das anteriores. É com ela que a arte abstracta, em pintura, conquista os salóes e público. Isto é bem significativo. Como significativo é igualmente que António Fernandez Molina, além de poeta tenha feito a experiéncia da pintura abstracta. Porque a hora náo é de manifestaçóes ruidosas (como em 1918), nem de espectaculares marca­çóes de posiçáo (como em 1939) mas de espera e de experiéncia.

Se prosseguir na pintura Fernandez Molina abandonará, certamente, o caminho da abstracçáo, a ajuizar pelo poeta que ternos presente.

A sua «Una carta de Barro», que recentemente foi traduzida e edi­tada em portugués (« Urna carta de lama», colec. Bandarra, n.° 3) dá-nos urna perspectiva flagrante de Fernandez Molina que, promissoramente se revelara já como poeta com «Biografía de Roberto G.» (Colecion Nebli, Madrid) — aquela perspectiva que seria de esperar de um moço com a ex­periéncia humana deste poeta. Operário agrícola, escrevente, moço de ta­berna, sargento de cavalaria, professor, tudo isto foi Fernandez Molina, que conta apenas 27 anos

E, apesar, ou exactamente por causa dessa experiência humana, a sua poesia nao vive. da frase lançada no espaço a conquistar, mas da intimidada do poeta coma as coisas e consigo próprio.

Recorda-nos, logo de início Ribeiro Couto, se bem que em Fernandez Molina esta intimidade nao saja urna posiçäo estética, como no poeta bra­sileiro, mas urna realidade interior.

Sua poesia, sem ter ainda alcançado os seus exactos meios de expressäo é já «um fragmento tocado por la gracia de la vida». A carta de fama tem horizonte. Situa-se no espaço de urna casa de campo, nas suas divisóes e alpendres, na aldeia vizinha, nos campos ao longe. Mas em todo o lugar está o poeta com robusta sensibilidade lírica, bem que se aborreça com a lama e o trigo dos seus campos. As dificuldades e a luta váo ao seu en­contro, mais feitas lama que sérios escolhos; mas sujo e cansado do in­cessante combate, Fernandez Molina acabou por compreender. Pode gritar: (Soy más hombre que nunca». Se alguém disse que Molina era «algo muy puro, muy sensible, muy autentico que se está desgastando sin objecto ante el vacio de esta vida» bem se equivocou. Molina encontrou já um caminho, iniciado com segurança em «Una carta de barro».

                                                                                                                               

A traduçäo portuguesa de «Una carta de Barro» baseia-se num equí­voco inicial: a aparentemente fácil correspondéncia da palavra portuguesa á palavra castelhana.

Desta maneira se pode fazer urna versäo completa mas nao exacta. Perde-se, com a diferença de acentuaçäo e de métrica (tratando-se mesmo como é o caso de versilibrismo) a forra natural e essencial, a adjectivaçäo ini­cial, a verdadeira poesia que Fernandez Molina pós nos seus versos.

No entanto nao podemos deixar de ficar gratos a «Bandarra» e a António Rebordao Navarro por essa colaboraçáo com a Espanha que, desde o início, a sua revista pós

como um dos seus postulados e de que esta edi­çáo é urna das mais valiosas afirmaçóes.

ROBY AMORIM

[La presente reseña de Una carta de Lama, la traducción al portugués del poemario Una carta de barro, de Antonio Fernández Molina se publicó en la revista 4 Ventos de Brasil en torno a mediados de los años 50 del pasado siglo.] 

Parejas [Poema de Antonio Fernández Molina en homenaje a Fernando Arrabal]

Parejas [Poema de Antonio Fernández Molina en homenaje a Fernando Arrabal]

PAREJAS
HOMENAJE A FERNANDO ARRABAL


Alambrada logaritmo
Logaritmo catarata
Catarata escofina
Escofina municipio
Municipio sintaxis
Sintaxis osamenta
Osamenta velocípedo
Velocípedo calamar
Calamar intermedio
Intermedio ceniza
Ceniza diccionario
Diccionario pernera
Pernera parsimonia
Parsimonia columna
Columna transparencia
Transparencia cuaderno
Cuaderno gasolina
Gasolina lapicero
Lapicero clarinete
Clarinete ecuación
Ecuación avestruz
Avestruz cervical
Cervical limosnero
Limosnero palangana
Palangana nubosidad
Nubosidad patata
Patata romancero
Romancero alfombra
Alfombra colirio.

09.2.2002


Antonio Fernández Molina

© Herederos de Antonio Fernández Molina

 

[Este poema se publicó en Cucutiar la revista digital dirigida por Angela Ibáñez ].

[Recreación de la imagen: Mr. Mandrake].