Blogia
antonio fernández molina

Orfeo errante de Antonio Fernández Molina en el blog de José Marco

 

ORFEO ERRANTE

20100106181103-orfeo.jpg

     Los Reyes Magos de Oriente me han regalado la última antología poética de Antonio Fernández Molina (Alcázar de San Juan, 1927 - Zaragoza, 2005). Con el sugerente título Orfeo errante, la cuidada edición de los "Libros del Innombrable", a cargo de Raúl Herrero nos acerca de nuevo a un poeta con una riquísima trayectoria creadora y, paradójicamente, olvidado por la crítica y por los manuales literarios al uso.

   Tuve la suerte de conocer a Antonio en los últimos años de su vida. Mi colaboración en la desaparecida revista Trébede, ME llevó a elaborar una reseña de su obra Fragmentos de una elegía permanente, que no llegó a aparecer en la revista y que publiqué en este mismo blog el 27 de mayo de 2005, con el título "Poemas de la esperanza a golpes de corazón".

    Gracias a la gentileza de Sus Majestades - que siempre me obsequian con cultura - he vuelto a reencontrarme con la poesía del autor manchego afincado en Zaragoza. Una poesía que oscila entre el surrealismo clásico, la tradición de la metáfora negra y el absurdo cotidiano. Una poesía imaginativa, lúdica y espontánea.

     Me ha resultado difícil seleccionar un poema de esta ambiciosa antología. Al final me he decidido por el poema Cada día que pasa el tiempo pesa, que considero acorde con estas fechas de sueños, de recuerdos, de reflexión y de buceo casi inconsciente en el mundo de la infancia. El poema pertenece al libro Platos de amargo alpiste, publicado por la colección Ocnos, dirigida por Joaquín Marco, en 1973.

Cada día que pasa el tiempo pesa,

el sombrero es de plata sucia y frágil,

 su testamento el buey hace en la dehesa

 y el río en la cabaña duerme grácil.

 Cual mosca de septiembre, la quimera

  en forma de medusa. Aúlla el gato.

 La cuchara se espera que se muera.

  En el campo del moro duerme un rato.

 La ventana da al bosque de las dudas.

 Los niños se meriendan una estela.

 Marchan  cantando las camisas crudas.

En la alta noche la maleta vuela.

Merlín pone la llave en la cornisa,

el céfiro presenta sus excusas,

 algunas musas bailan en camisa,

 y deprisa el poeta va a la escuela

 

[Si el lector desea leer este entrada en su contexto habitual

en el blog de José Marco puede hacerlo en el siguiente enlace:

http://josemarco.blogia.com/2010/010601-orfeo-errante.php]

0 comentarios