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antonio fernández molina

POESIA Y PROSA EN H0MENAJE A ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA por Jean Aristeguieta

POESIA Y PROSA EN H0MENAJE A ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA por Jean Aristeguieta


1
Fiel poeta fiel pintor
fiel amigo en el tiempo
te escribo con la mente conmovida
por el fervor que prodigas ante la lumbre nieve tras noche ola tras relámpago floración en el éter de lo insomne pintor poeta en ebriedad del arte con las nubes los rostros las preguntas en un néctar de oráculo sin fin Tus cuadros son poemas subreales maravillosos cálices al viento la rebeldía en justicia de diamante peregrinaje en alusión al sueño delirio transparencia llama viva el aroma sediento de infinito Tu pintura es pasión hacia lo sibilino en dibujo de asalto y esperanza estremecida savia del secreto taciturno confín multicolor
soledad sin adiós como el silencio

2
Oh idealismo encendido cual un dardo en busca de las altas fantasías del terror del desvelo del asombro espíritu en axioma de agonía
quién pudiera ofrecerte lo insondable de una corona de laurel perenne Oh altísima visión la de tu signo escanciador absorto en la ilusión conteniendo fantasmas y elegías
Brillas junto a la fe al labrar tu obra como un lirio en mitad de los abismos ninguno con tu frente diamantina apología temblando en la tormenta partícipe de luz inaccesible adivino en imagen trascendida pintura obsesionante lucidez tienes el abolengo del ensueño
Poeta de la estirpe de Tzara y de Huidobro pintor en sobrenatural espejo de creación

3
En tu fulgor respira el ideal lápiz pluma de fuego de arco iris pintor de poesía en el secreto artífice en azul melancolía irreal y real como un arcángel
junto al temblor de oscura oniromancia pintor poeta interrogando al tiempo de la hermosura en manantial sagrado

4
Tu destello es carmín es un clamor y tu dibujo ignota rebeldía
en vertiente de agónica cadencia :En tu mano se asoma el sentimiento en tu pecho se acuna una leyenda palidez de jazmín tallo en la brisa Oh flamígero escudo perdurable oh solitaria aureola en la vigilia oh pensamiento entre la llama ignota


5
El iris de tu nombre de pintor poeta deslumbrado en la inquietud con tu signo en poema y en pintura en derrotero linea de jacinto
Porque eres como un símbolo preclaro un acento en espíritu del numen altísimo claror del pensamiento meditativo en albas en quimeras porque eres amaranto entre la niebla y el cuello cercenado te defiende
Antonio fiel poeta fiel pintor visionario que vibras en la magia en fuerza fugaz y en la perenne centinela en la fragua del destino aliado del poema y de la plástica


7
Me faltan las palabras en este acto de reconocimiento y de justicia para brindarte pintor poeta ileso la asidua transparencia del acanto Desearla una guirnalda de rocío una ovación de nardo evanescente
el logos transformado en duermevela para la sed arcana y sensitiva pintor poeta siempre batallando con el lápiz en trance del hechizo con el pincel en un hallazgo indemne Pintor poeta de abrasada sien
entre una alegoría pura abstracta pintor poeta de azorada cumbre frente al eterno reino del color
Te envío este homenaje centelleante finísimo poeta finísimo pintor en una espiga de celeste fe
avanzando hacia el fondo del prodigio Inverosímil mano que trabaja
por encima del grito y de la angustia poeta siempre en exaltada linde
pintor por siempre en la febril vivencia entre el carbón onírico y su huella pintor poeta de abolengo errante junto a la esencia de la soledad.


II PARTE


La pintura surrealista e inquisitva por los predios de la creación estética es una manera de manifestarse con una coherencia llena de exaltada certidumbre.
El poeta, el pintor, Antonio Fernández Molina, cultiva el asombro de las imágenes intuitivas reveladoras de las grandes contiendas de la mente. Hay en sus laberintos plásticos una determinante capacidad para el delirio. Es como si Antonio Fernández Molina existiera para captar lo que carece de explicitación directa. Pero, curiosamente, la realidad, a la vez, se ve representada dentro de un clima pánico que recuerda los aguafuertes de Goya. En esta actitud la invención de lo que carece de limites surge demostrada con una vehemencia existiencial. Tal asentimiento desarrolla las más ingentes razones donde cromatismo y dibujo captan extremosas situaciones. Desafio intelectual propio del gran poeta que es Antonio Fernández Molina quién permanece alerta delante de las intrincadas zonas de la imaginación.
Siempre me he figurado la pintura que realiza Antonio Fernández Molina como algo fundido a su labor en la poesía. Configuración de origen atormentado, abstracción vital, conformando episodios donde se apoyan las estructuras artísticas.
Es una pintura de insuperable densidad que oscila entre lo objetivo y lo fantástico, dualidad mítica y por extensión mística. En este arduo espacio la materia estética se identifica con lo más ceñido. Reitero, por consiguiente, mi punto de vista, encuentro en la dimensión pictórica de Antonio Fernández Molina una madurez de teoría y de oficio encumbrada hacia lo delirante.
Tanto es su dominio del lenguaje mental, que puede rozar las visiones interanímicas desde un horizonte insólito, como en su repertorio de búsquedas y hallazgos desmesurados. De esa forma esta producción elaborada con avidez y pulso herméticos puede rozar el oráculo que sublimiza. Sin llegar al paroxismo, el mensaje creador de Antonio Fernández Molina resalta en materiales obsesivos y proféticos.
He trazado este breve recorrido a base de vivencias por la savia del arte que cultiva este pintor poeta de itinerarios extraordinarios. Ante tal heredad, palpitante entre señales y símbolos, queda extendida y afinada una actitud de creyente en la belleza inmarcesible.


JEAN ARISTEGUIETA


Abril, 1995

 

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